¡Vuelven los 60!, sofás, paredes, jarrones, lámparas… todo es posible con unos toques muy sencillos. Y puesto que es un estilo que recupera objetos y muebles antiguos nos sale muy baratito.
Para que lo vintage sea considerado como tal, tiene que tener como mínimo 10 años de antigüedad, lo divertido en esto es mezclar objetos antiguos con los más contemporáneos. Por ejemplo un baño con grifería de cobre o antigüedades que combinen con azulejos al más puro estilo años 50, añadiendo un toque de modernidad con sanitarios de última tecnología.
Los dormitorios son fáciles de decorar si utilizas el blanco como protagonista y añades unos colores fuertes, los canastos de mimbre y las cajas con formas y estampados florales darán un último toque esencial.
No pueden faltar los complementos y accesorios, teléfonos de rueda, baúles desgastados, frascos de perfumes antiguos…
¿Te animas?
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